jueves, 22 de abril de 2010

LA VISITA DE NUESTRO PASTOR


Los obispos por institución divina son los sucesores de los apóstoles y en virtud del Espíritu Santo recibido especialmente por la consagración episcopal, son designados pastores de la Iglesia. Así, por esta consagración episcopal, el obispo adquiere la obligación de pastorear a la comunidad diocesana. Para ello es necesario el conocimiento cercano y profundo de la realidad eclesial que se le ha encomendado. Precisamente, uno de los medios más singulares que permite al obispo el conocimiento directo de la diócesis es la visita pastoral.

Según el Directorio para el Ministerio pastoral de los Obispos, "la visita pastoral es uno de los modos, ciertamente singular, por el que el Obispo cultiva el encuentro personal con el clero y demás fieles del pueblo de Dios, para que los conozca y dirija, los exhorte a una vida de fe y de práctica cristiana, así como para que vea de cerca y valore en su real eficacia las estructuras e instrumentos destinados a su servicio pastoral (n. 166). El objetivo principal de la visita pastoral es "el encuentro del Obispo con las personas, es decir, con el clero, los religiosos y los laicos: todos los actos de la visita deben orientarse hacia este fin" (nº 168).

Según lo mencionado en el Código de Derecho Canónico: la Iglesia pide a los Obispos que hagan la Visita Pastoral a todas las comunidades cristianas y a las instituciones católicas: "El Obispo tiene la obligación de visitar la diócesis cada año total o parcialmente, de modo que al menos cada cinco años visite la diócesis entera, personalmente o, si se encuentra legítimamente impedido, por medio del Vicario general o de otro presbítero. El obispo puede elegir a los clérigos que desee para que le acompañen y ayuden en la visita" (CIC 396).

Siendo función del señor Obispo enseñar, guiar y acompañar a todos los bautizados que viven en el territorio de su diócesis; SER Monseñor Jorge Enrique Lozano Zafra visita todas las comunidades parroquiales para velar por su buen funcionamiento, para tener un encuentro más cercano con los fieles y, sobre todo, para animar y motivar la vivencia del Evangelio, incrementando la vida cristiana de las comunidades. En nuestra comunidad parroquial, San Alberto magno, éste tiempo de gracia y de bendición será propicio para re-descubrir nuestra fe en el encuentro con Jesucristo vivo, motivados por nuestro Obispo, signo visible de comunión eclesial para nuestra iglesia particular.

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